Nicola Antonio Giacinto Porpora
(Nápoles, Italia, 17 de agosto de 1686 -ibidem, 3 de marzo de 1768)
Excelente maestro de canto, Porpora fue uno de los más grandes músicos del Barroco tardío, sobre todo en el ámbito
de la ópera, rivalizando con Haendel y Vivaldi.
Localización y vista de Nápoles |
Inicios
Un año después de que nacieran Georg Friedrich Händel y Johann Sebastian Bach vino al mundo Nicola Porpora, fue ello en Nápoles el 17 de agosto de 1686. Su padre era el propietario de una librería y él era su tercer hijo.
En 1696, Nicola, ingresó en el Conservatorio dei Poveri di Gesú Cristo (Conservatorio de los Pobres de Jesucristo), una de las cuatro instituciones de las que nació el actual Conservatorio de Nápoles. Aunque el instituto había nacido como orfanato de los pobres, Porpora accedió a el en calidad de convittore, esto quería decir que, al no ser huérfano ni pobre de solemnidad, se le aceptaba como "invitado o huesped", lo que significaba que tenía que pagar las clases. Estudió con Gaetano Greco y Francesco Manna. Fue tan buena su disposición y mostro tan buenas aptitudes que a los tres años pudo ejercer de "maestrillo", es decir, seguía siendo alumno pero, además, daba clases a sus compañeros más jóvenes. Esta nueva actividad le liberó de pagar pensión.
Primeras obras
En 1708 se representó en la corte napolitana, con éxito, Agrippina, la primera ópera de Porpora, el libreto era de Nicolò Giuvo. La buena acogida de la obra influyó para que su autor fuera nombrado maestro de capilla del príncipe Philipp de Hesse-Darmstadt, Comandante Supremo de las tropas austriacas que, recientemente, habían conquistado el Reino de Nápoles durante la Guerra de Sucesión Española. Philipp era un mecenas gran amante de la música. Por aquel entonces, el dominador en el género operístico, en Nápoles, era Alessandro Scarlatti. Durante el carnaval de 1711 Porpora vio representada su segunda ópera, Flavio Anicio Olibrio, con libreto de Apostolo Zenno. En 1715 se empleó como maestro en el Conservatorio napolitano de Sant'Onofrio donde estuvo hasta 1722.
Maestro de canto
Una faceta en la que Nicola Porpora era un verdadero portento era en la de la enseñanza del canto. Poco antes de 1712 comenzó a dar clases particulares de esta disciplina y pronto adquirió una merecida fama. Entre sus alumnos destacan los famosos castrati que maravillaron al público europeo: Carlo Broschi (Farinelli), Geateno Majorano (Caffarelli), Antonio Hubert o Uberti (Porporino) y Felice Salimbeni. El método de Porpora Nuovamente composte opre di musica vocale (Nuevas obras de música vocal) de 1735 siguió utilizandose mucho después de la muerte del compositor.
En noviembre de 1719 subía a escena Faramondo con música de Porpora y libreto de Zenno, recibió una gran acogida. En 1720 el músico escribió la serenata Angelica e Medoro, esta era la primera obra dramática para ser puesta en música de un joven poeta que empezaba a despuntar, se trataba de Pietro Metastasio, quien pronto se convertiría en uno de los más importantes libretistas de ópera del siglo XVIII. La primera representación se realizo el 28 de agosto, en ella debutó, con 15 años de edad, el alumno del compositor, Farinelli, éste deslumbró al público. La relación entre estas tres personas, compositor, libretista y cantante, duro durante toda su vida. Al año siguiente repitieron experiencia con Gli orti Speridi "Los jardines de las Hespérides"
Nuevos horizontes
El renombre de Porpora iba extendiéndose fuera de Nápoles. Viajó a Roma donde estrenó Eumene en el Teatro delle Dame (o Teatro D’Alibert) con gran éxito. Recibió encargos para dos temporadas más. En 1722 se estrenó Flavio Anicio Olibrio, Farinelli, que también había actuado en la anterior ópera, en esta última se presentó por vez primera con un papel protagonista.
Los éxitos de sus óperas animaron al compositor a dejar el cargo que mantenía en Sant’Onofrio y, en 1723 viajó hacia Alemania y Austria. En Múnich triunfó con Damiro e Palmira en 1724, pero en Austria fue recibido con frialdad. El emperador Carlos VI, al que no gustaba la ornamentación napolitana, dijo cuando escucho a Porpora, «demasiados trinos, demasiado mordente».
Después del rechazo de la corte de Carlos VI, en 1725 Porpora regresó a Italia. Se instaló principalmente en Venecia desde donde se desplazaba para representar sus óperas. Fue nombrado maestro del Ospedale dei Incurabili, Durante unos años, además de la música religiosa destinada al Ospedale, compuso 15 óperas: 5 para Venecia, 4 correspondieron a Roma, 2 a Milán y 2 a Turín, 1 tuvo como destino Nápoles, y 1 fue para Reggio Emilia. Entre ellas se encuentran algunos de sus mayores éxitos: Siface, Semiramide riconosciuta, Arianna e Teseo o Germanico in Germania.
Enfrentamientos y rivalidades
Durante su vida, Nicola Porpora, no estuvo libre de enemistades, algunas bastante notorias. Tuvo algo más que rivalidad con los compositores Leonardo Vinci, Johann Adolf Hasse y Benedetto Marcello. También estaba enemistado con él el castrato Gaetano Berenstadt. Llegó a tener desavenencias, incluso, con Metastasio, lo que no dejó de ser chocante, aunque más adelante volvieron a la amistad. Después de un conflicto alentado por Porpora, a raíz de la suspensión en Roma de su ópera Issipile, Metastasio escribió desde Venecia, en 1732, una carta con expresiones duras referidas al compositor, iba dirigida a su mecenas la cantante Marianna Benti Bulgarelli, “La Romanina”: «...Allí donde está Porpora, aparece necesariamente la desgracia. Guárdate, por el amor de Dios, de tener el más mínimo enfrentamiento con él...».
Entre todas, seguramente, la rivalidad más conocida de Porpora es la que mantuvo con Händel, En 1733 el compositor aceptó la invitación de desplazarse a Londres para dirigir una compañía de ópera recién fundada. Quizás en su decisión de abandonar Venecia influyera el fracaso de su aspiración al puesto de maestro de capilla de la Basílica de San Marcos. El anterior en el cargo, Antonio Biffi, había muerto ese mismo año. Entre todos los candidatos, Porpora fue eliminado el primero y, además, con contundencia por parte de los jueces.
La Ópera de la Nobleza se había creado para competir con la Royal Academy que dirigía Händel. A aquella en su tiempo también se la conoció como la Ópera de Senesino por haber captado a éste famoso castrato de las filas de Händel. En realidad, de los cantantes, la única que no se cambió y abandonó la Royal Academy fue Anna Maria Strada del Pò. Antes de que finalizara 1733 Porpora dio las primeras representaciones como director y compositor de la nueva compañía. Desde 1733 hasta 1737 la rivalidad entre las dos compañías fue feroz, eso sí, el compositor italiano nunca pudo vencer la supremacía del sajón. Händel intentó introducir en su elenco a Farinelli sin conseguirlo, el castrato se mantuvo en la competencia. En 1734 Porpora compuso el oratorio David e Bersabea. Mientras permaneció en la isla, con ayuda del libretista Paolo Rolli, otro que se había cambiado de bando, compuso cuatro óperas: Arianna in Nasso, Enea nel Lazio, Polifemo e Ifigenia in Aulide. También compuso música instrumental y de cámara. A pesar de los éxitos, al terminar la temporada 1737, ambas compañías hubieron de cerrar con grandes pérdidas. El último estreno de Porpora en Londres fue en mayo de 1736 con la serenata Festa d’Imeneo para celebrar la boda del príncipe de Gales. Poco después partió de la isla, su sucesor al frente de la Opera of the Nobility, Giovanni Battista Pescetti, vivió la clausura de la compañía.
Regreso a Venecia
Porpora se dirigió primero a Viena, allí su oratorio Il Gedeone, en la cuaresma de 1737, no fue bien acogido. Regresó entonces a Venecia donde recuperó su puesto en el Ospedale dei Incurabili. En el mismo año estrenó Lucio Papirio y Rosbale. Al año siguiente hizo lo propio en Roma con Carlo il Calvo. En otoño retorno a su ciudad natal y, en enero de 1739, se estrenó en el Teatro di San Carlo la segunda versión de Semiramide riconosciuta, el motivo fue el cumpleaños del rey de Nápoles, Carlos VII, futuro Carlos III de España.
El 25 de octubre contraían nupcias en Alcala de Henares (Madrid) el infante Felipe, conde de Chinchón y futuro duque de Parma, y Luisa Isabel de Francia. Para la ocasión se represento, quizás, el mayor éxito teatral de Francesco Corselli, el drama Farnace, en el se incluía un intermezzo que Porpora había enviado a Madrid por encargo de Farinelli. El compositor Trabajaba en el conservatorio napolitano de Santa Maria di Loreto y seguía componiendo óperas, pero Porpora, ya no cosechaba triunfos como antes.
De nuevo volvió a Venecia en 1742, estrenó Statira y fue maestro de coro del Ospedale della Pietà, En 1744 dejó La Pietà para ocupar un cargo equivalente en El Ospedaletto donde estuvo hasta 1747.
Continúa la rivalidad
En febrero de 1748 el músico llegó a Dresde, había sido llamado por María Antonia Walpurgis de Baviera. El motivo era que le diera clases de música y canto. Pero en la corte dominaba por aquel entonces Johann Adolf Hasse, el resurgir de la antigua rivalidad entre los dos compositores fue inevitable. Sin embargo, antes de abandonar Dresde en 1752, Porpora consiguió una pensión vitalicia, así el futuro le quedaba, aparentemente, asegurado. Tenía entonces 66 años.
De nuevo se dirigió a Viena, donde se encontro con Pietro Metastasio. Esta vez, sí, las viejas rencillas quedaron olvidadas. Farinelli había encargado al poeta una obra para la corte española, y éste ofreció al compositor el libreto de L’isola disabitata. Empero, debido a una inoportuna enfermedad contraída por Porpora, los tres artistas no pudieron colaborar como antaño. A partir de entonces, el compositor, se dedicó a la docencia, Metastasio le consiguió alumnos, entre ellos, a su protegida, Mariana Martínez. Esta tomaba clases de canto, también las recibió de teclado por parte de Franz Joseph Haydn, quien la llamaba «la pequeña española», el cual estudiaba, a su vez, con Porpora. Haydn ejerció también de asistente personal del maestro, parece ser, que no siempre recibiendo buen trato por parte de éste.
Últimos años
En el conflicto de la guerra de los Siete Años, que comenzó en 1756, tomó parte el electorado de Sajonia. Esto hizo que Porpora perdiese la pensión que desde allí le habían concedido, dejándole en un estado de pobreza. Metastasio pidió a Farinelli que solicitara una "limosna" a España para aliviar al compositor, no hubo respuesta.
El músico regresó a Nápoles en 1760. En atención a su pasado se le concedió el puesto de "otro maestro de capilla" en Santa Maria di Loreto y también en Sant’Onofrio. Compuso una nueva versión para la ópera, de 1740, Il trionfo di Camilla, su estreno en el San Carlo fue un rotundo fracaso. El compositor renunció a sus cargos en los conservatorios y se dedico exclusivamente a la docencia. Entre sus últimos alumnos estuvieron Giuseppe Gazzaniga y Domenico Corri. Éste último dejó un estremecedor testimonio sobre los postreros días del maestro: «...Tenía una mesa tan miserable, que a menudo debía salir de su casa a buscar qué comer en otra parte...».
Nicola Porpora falleció en Nápoles el 3 de marzo de 1768, tenía 81 años, y fue enterrado en ceremonia de caridad en la iglesia del Ecce Homo. Los principales músicos napolitanos tocaron gratis en su funeral.
Al final de su vida, el biografiado, dejó alrededor de medio centenar de óperas, estas son las que se citan cuando se siguen los relatos históricos que le acompañaron, ya que fueron sus mayores éxitos. Mas otros géneros, tanto vocales como instrumentales, religiosos (misas, etc.) o profanos, también fueron cultivados por Nicola Porpora: oratorios, cantatas, sonatas, sinfonías de cámara o el Concierto para violonchelo y cuerdas en Sol mayor etc.